Se ha muerto conmigo
una parte que conmigo vivía,
un viejo recuerdo que en el olvido arrastraba.
Frío como el invierno su corazón ha dejado de latir
y mi cuerpo vuelve a crecer en poesía.
Noches desnudas en la playa
rodean mi cuerpo de arena,
mojado de amor en la oscuridad de una luna llena,
arde la llama en el aire,
en nuestras voces mudas.
Las poetisas mueren escribiendo amor, a mí escribir me mata me sangra el corazón.